Has llegado aquí en tu búsqueda para encontrar el mejor amarre casero para enamorar a aquel aquella que quieres. Toma la cinta verde, más menos unos 20 centímetros y con el marcador vas a escribir tu nombre completo y la palabra VENUS y el nombre completo de la persona que quieres que vuelva y la palabra VUELVE, seguido vas a amarrar esta cinta al lado derecho de tu cama con solo un nudo y por los próximo 9 días antes de dormir vas a hacerle un nudo mientras dices: (nombre de la persona) tan pronto como termine estos 9 nudos, vas a volver a mi lado, que asi sea” y te vas a dormir pensando en se momento.
Este tipo de hechizos suele realizarse con el fin de satisfacer nuestras necesidades y aumentar la atención del hombre, además de aumentar nuestra seguridad de que este ser amado estará solo para nosotras, por lo que este amarre es ideal para dominar a nuestro hombre.
Recuerda que esa persona por ningún motivo puede saber que has hecho este ritual para enamorar, pues la magia de la misma puede verse seriamente afectada y sobre todo la persona se puede sentir engañada y opinar que lo que siente por ti es ficticio inducido.
Brujeria de amor. Toma la foto el nombre e introdúcelo en la jarra, séllalo bien y coloca la vela roja encima, enciéndela y deja que se consuma (deja que la cera envuelva la jarra); guarda bien el frasco hasta que consigas una respuesta, cuando eso pase, deja el frasco en un río.
Vas a colocar la bolsa al frente de la vela hasta que se consuma totalmente, luego cuando se termine vas a guardar esta bolsa en un lugar donde nadie lo agarre, preferiblemente donde guardas tu ropa interior, debes de dejarlo allí hasta que veas que tienes totalmente el amor de esa persona, cuando eso pase debes de enterrar la bolsa con las prendas en un lugar donde nadie pueda desenterrarlo.
Los efectos de los amarres de amor así como de otras formas de magia se encuentran discutidos por la ciencia moderna ya que van contra los resultados del método científico Así mismo, las grandes religiones monoteístas como el Islam , Judaísmo y Cristianismo condenan la utilización de magia, relacionándola con el demonio y otros espíritus malignos.